Se cree ampliamente que la obesidad es causada por un desequilibrio energético entre las calorías gastadas y las calorías gastadas por el ejercicio y las actividades de la vida diaria, por lo que el cuerpo almacena el exceso de calorías en forma de grasa.

Factores de riesgos 

La obesidad no es sólo el resultado de comer en exceso. Los estudios epidemiológicos han identificado una serie de factores asociados con la obesidad en la población.

años: A medida que envejecemos, los cambios hormonales y un estilo de vida menos activo pueden contribuir al desarrollo de la obesidad.

Sexo femenino: Relacionado principalmente con el embarazo y la menopausia. La obesidad también ocurre en mujeres con síndrome de ovario poliquístico, un trastorno endocrino que impide la ovulación normal.

Raza: Las tasas de obesidad son altas entre las poblaciones afroamericanas e hispanas.

Dieta no saludable: Durante los últimos 50 años, las personas generalmente han tendido a comer alimentos ricos en grasas, sal y azúcar. Se abusa de la ingesta calórica excesiva, la comida rápida y las bebidas hipercalóricas.

Sendentarismo: Un estilo de vida sedentario Un estilo de vida sedentario da como resultado una disminución de la actividad física debido a la automatización de las actividades laborales, los modos modernos de transporte y una mayor vida urbana.

Factores socioculturales: La obesidad está asociada con niveles de educación más bajos y niveles de ingresos más bajos, que están asociados con un acceso limitado al entretenimiento y la falta de dinero para comprar alimentos saludables.

Factores conductuales: Dieta inadecuada, fumar y beber.

Factores genéticos: Varios estudios genéticos han determinado que la obesidad puede ser hereditaria, con genes que influyen en la cantidad y distribución de la grasa corporal.

Complicaciones

Es más probable que las personas con obesidad desarrollen diversos problemas de salud potencialmente graves, tales como:

Enfermedad cardíaca y accidentes cerebrovasculares. La obesidad aumenta las probabilidades de tener hipertensión arterial y niveles anormales de colesterol, que son factores de riesgo para la enfermedad cardíaca y los accidentes cerebrovasculares.

Diabetes tipo 2. La obesidad puede afectar la manera en que el cuerpo usa la insulina para controlar los niveles de glucosa en la sangre. Esto aumenta el riesgo de resistencia a la insulina y de diabetes.

Ciertos cánceres. La obesidad puede aumentar el riesgo de cáncer uterino, cuello del útero, endometrio, ovarios, mama, colon, recto, esófago, hígado, vesícula, páncreas, riñón y próstata.

Problemas digestivos. La obesidad aumenta la probabilidad de desarrollar acidez estomacal, enfermedad de la vesícula biliar y problemas hepáticos.

Apnea del sueño. Las personas con obesidad son más propensas a tener apnea del sueño, un trastorno potencialmente grave en el que la respiración se detiene y se reanuda de forma repetida durante el sueño.

Artrosis. La obesidad aumenta la presión ejercida sobre las articulaciones con carga completa del peso corporal, además de facilitar la inflamación dentro del cuerpo. Estos factores pueden ocasionar complicaciones como la artrosis.

Síntomas graves de la COVID-19. La obesidad aumenta el riesgo de desarrollar síntomas graves si te infectas con la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). Las personas que tienen casos graves de COVID-19 pueden requerir tratamiento en unidades de cuidados intensivos o incluso asistencia mecánica para respirar.